*Por Marcela Errecondo
En el psicoanálisis diferenciamos el genitor del padre, no siempre estuvieron reunidos en una sola persona. No era el caso en la Roma antigua o en las culturas matrilineales que ubican la función paterna entre el tío (autoridad y prohibición) y el padre (maestro y transmisor de ideales) y permiten una subjetividad más armoniosa que en aquellas en donde la represión predomina sobre la sublimación. La iglesia los unifica, junto con la sexualidad y la procreación dentro del matrimonio.
Lacan señala que al unificarse en una persona y sustituirse el matriarcado por el patriarcado, se da lugar a una subjetividad construida alrededor de un “conflicto funcional fecundo”. El padre es obstáculo y frustración de la sexualidad del niño, al mismo tiempo es el modelo de su realización, agente de prohibición y ejemplo de su transgresión.
La paternidad tiene una estructura de ficción, se diferencia de la función simbólica y del individuo que la encarna.
Un padre, dice Daniel Roy “es aquel que no sabe lo que es un padre y que habla y dice cualquier cosa para disimular su ignorancia.”
Este boletín #6 del ENAPOL sobre una película japonesa nos muestra una vertiente del tema: http://www.asuntosdefamilia.com.ar/es/Boletines/Asuntos/Asuntos_ES_006.html
Leonardo Gorostiza nos presenta argumentos en relación tanto con la época y los efectos de la "destradicionalización", como con lo propio de la experiencia analítica, en un proceso que incluye enredos y desenredos, hasta poder arribar a la invención de un significante que sin ser familiar, no surge de la nada. Nos conduce además a pensar la función del padre después del pase, en su dimensión sintomática.
Para ver el video de Leonardo Gorostiza los invitamos a hacer click en el siguiente link https://youtu.be/SNafB9ih5Wo
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